«El olvido conduce a la dureza de corazón, a su opacidad, pero la vigilancia y su ternura son su antídoto, así el néptico practica constantemente la "custodia del corazón" mantiene abierto el camino entre la consciencia y la intimidad interior, solo secreto que con frecuencia la nube de las pasiones quiere oscurecer. La nepsis (vigilancia) es la puerta del silencio y el recogimiento y, también, del discernimiento. (p. 22-23)»
Más adelante, Casiano (360 - 435) nos recuerda que: «La doctrina evangélica nos manda eliminar las raices de los pecados y no solamente sus frutos. Porque, si se elimina del corazón la raíz de la cólera, no se traducirá en acto ni el odio ni la envidia.»
Recordad:
«Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida. Proverbios 4,23 (Reina Valera 1909)»
Me gusta también la versión católica:
«Con todo cuidado vigila tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida.»
[Post scriptum: posteriormente y buscando ejemplares de la Sagrada Biblia, hallé en una librería un nuevo ejemplar del 2011 aprobado por la Conferencia Episcopal Española, cuya versión de este versículo es: «Sobre todo, vigila las intenciones, que de ellas brota la vida.»....muy desatinada en mi opinión.]
Es por ello que debemos aprender a vaciar la copa llena de vino rancio que llevamos con nosotros si la deseamos llenar de buen vino gran reserva.
Nunca permitamos que los malos sentimientos contaminen nuestro corazón y esforcémonos en cultivar las virtudes que cada grado del RER nos muestra a su paso.
Recordad, de nada vale que pasemos por la masonería y sus grados, si la masonería y sus grados no pasan por nosotros [y nos deja los frutos de su trabajo].
Saludos