Partimos de una premisa clara: «una mentira mil veces repetida...se transforma en verdad», la frase señalada por Goebbels en la Alemania de los años '30 y '40 no hacia referencia a su propaganda ya que el mismo creía con fervor en las ideas que defendía. Con dicha frase se refería a las ideas de los judíos, a sus conceptos, que creía se habían convertido en verdades por su constante repetición. Obviamente se refería a las ideas de sus contrarios, no las suyas.
Ahora bien, en todo proceso histórico suelen coexistir dos o más elementos cuya interactuación deriva en una nueva situación que, más adelante, con uno o más elementos originará una nueva realidad y una dinámica histórica diferenciada de la anterior. Aún así, pueden los eventos históricos compartir múltiples elementos en común, con lo cual es posible concluir en ocasiones en un común denominador que puede -cual pieza anatómica- fijarse en formol y servir de modelo comparativo para todos los eventos históricos de similar características.
Cuando en el rectificado español la reiteración de un evento histórico con similares características coge visos cacofónicos de repetición, como un auténtico «dejà vu», cabe pensar en varias posibilidades, pero cuando uno de los personajes centrales repite constantemente que los contrarios son tibios y descafeinados -siendo que hace poco eran fervorosos- queda flotando en el ambiente una especie de duda sobre la lógica de tales ideas y la sinceridad de la perecida relación.
Aún así, pienso que el error suele a menudo ser compartido y no de una exclusividad o parcialidad, o como suele decirse, "para bailar se necesitan dos".
A pesar de todo, cuando algunos que figuraban en el panteón de los mimados y ahora decoran el averno de los caídos -según la óptica arriba mencionada- se alegran de los nuevos cambios, no queda más que pensar que, en todo ésto, más de uno se estaba equivocando.
Todo ello conduce a un punto: ¿quién se equivocaba más?...cuestión que queda resuelta con ¿quién tiene el mando?. Con lo cual la(s) disyuntiva(s) queda(n) resuelta(s) de manera «sui generis» y "aquí no ha pasao na".
Volviendo al título de este tema citaré a Willermoz opinando sobre el RER:
«No se trata del más cómodo, ni del menos exigente de todos; pero mientras que exige de sus miembros más que los otros, también les ofrece mayores expectativas; tiene sus espinas, pero éstas solo se clavan en aquellos que con demasiada sensualidad lo rozan [sic], o que tienen la impaciencia de querer coger la rosa antes de su tiempo. He aquí, Señor, para ayudar a vuestras reflexiones, una definición general de la Masonería en el Régimen Rectificado...» [el resaltado es mío]
Menudas espinas!
Pienso que Willermoz se quedó corto. Cuando veo el panorama general del rectificado, no solo en España, sino en Francia misma, me quedo a pensar en éstas palabras y en la dulzura de nuestra Plegaria de apertura y cierre.
Se acercan vientos nuevos (o reciclados?), pero hemos de pasar página y vernos en los ejemplos anteriores y decidir si lo que queremos es ver florecer alguna vez nuestra Rosa o quedarnos en la constante evasión de espinas.
Saludos